domingo, 1 de septiembre de 2013

La comida en mi familia



Siempre fue notoria la trayectoria de la cocina de mi casa, los platos culinarios siempre fueron arte, y no lo digo por lo de "lo de mi vieja es lo mejor". Realmente somos todos: mi vieja, mi viejo, mi hermana, ahora de a poco empiezo yo. 

Algunos tienen más trayectoria con algún tipo de platos que otros. Por ejemplo, mi hermana hace repostería, mis viejos son mejores con los platos principales, éste último es el camino por el que empecé a transitar yo. Hoy por hoy, mi plato especial es pasta con salsa a la putanesca, que ya no es putanesca porque, dependiendo el día, le agrego jamón crudo, vino, saco aceitunas negras y pongo verdes, pongo  más de una cosa, menos de la otra, etc. Sale siempre impecable, modestia aparte, y si no pregúntenle a mi jermu.

Lo llamativo de esto  es que en mi casa (me refiero así a la casa de mis viejos, mis orígenes), cuando estás almorzando se habla, en medio de la comida, sobre qué se va a preparar de cena, y así sucesivamente como una continuidad cíclica similar a la imagen reflejada por dos espejos enfrentados a lo Jorge Luis Borges (QEPD, fuera de estos contrastes berretas). Es impresionante, tendrían que vivirlo para entenderlo. Ustedes podrían ver a mis padres a las 10am preparando una comida que será, no para el almuerzo, sino para la cena o quizás para una comida dentro de varios días, dado que la receta necesita mucho tiempo de preparación. Así, de esta forma, uno se ve envuelto en una atmósfera culinaria tipo Farmacity 24hs

Hoy me acordé de esto porque, teniendo a mis viejos en Europa,  específicamente ahora en París (después de una primera etapa en Londres), me enviaron las primeras 5 fotos desde su partida vía Whatsapp. Tres de las fotos eran de comida (caracoles, mejillones, la barra de un bar con copas), una de la entrada de lo que al parecer era un "cabaret", que seguramente vendía comida dentro, y la quinta de un jardín de entrada a algún lugar importante con unas flores espectaculares, las cuales sospecho que deberían tener alguna vinculación con alguna receta francesa extraña.

Finalmente, comprendiendo en este simple acto de envío de 5 fotos, el rol de la comida en mi familia, decidí no esconderlo, más sino expresarlo respondiendo "¡gallegos tenían que ser, que estando en Europa me mandan fotos de comida!". Acto seguido exigí una foto de la Torre Eiffel diciendo que de modo contrario no iba a creer que estaban en París. Se ve que les costó o que no la tenían a mano pero finalmente la enviaron... ¡mi familia!. Y como diría mi cuñado, que no es gallego pero "le pega en el palo" (si ve esto me mata): ¡salut, i força al canut!

Ahí va la primera foto que mandaron mis viejos:

 

domingo, 3 de febrero de 2013

NACER, VIVIR, MORIR: UNA AVENTURA

 
 
 

Agárrense fuerte porque el viaje es agitado y no tiene desperdicios. El viaje es una aventura, un regalo de la vida: ¿O de Dios?

Podés creer lo que quieras, según lo que creas será lo que sientas y cómo lo vivas.

Los hechos contundentes e inexorables:

1.       Nacemos, quizás producto del amor o, por lo menos, de un acto materializado de la pasión descontrolada entre dos seres de la misma especie.

2.       Vivimos y sufrimos: ¿Sufrimos? Sí, el sufrimiento gana como la tristeza a la felicidad. Puesto que todo hecho triste perdura en el tiempo, y todo hecho feliz pasa a ser triste cuando pasa y se recuerda con nostalgia. El desapego al que nos vemos forzados a lo largo de la vida es sufrimiento. La permanente lucha contra la entropía que presenta la vida: una lucha que aún perdida se da como lo más valioso y trascendental.

3.       Morimos, de eso sabemos poco pero creemos mucho. El Reino de Dios, el Valhalla, el Paraíso, el Olimpo, la Iluminación, etc. son algunos de los destinos en los que se suele decidir creer. Acorde al destino seleccionado cada ser humano podrá transitar la vida de distintos modos.

Lo humano y lo animal se combinan y consustancian en una realidad única con múltiples perspectivas. La perspectiva depende de vos.

(Reflexiones surgidas de la película “Una aventura extraordinaria”.)

lunes, 7 de enero de 2013

SINSENTIDOS




Qué difícil es estar frente a una hoja en blanco esperando a ser cargada de palabras, oraciones e ideas que le den vida a ese espacio vacío, ese “no ser” o “poder ser cualquier cosa” en potencia.

¿De qué puedo hablar si no sé nada en profundidad? De cualquier tema que se me ocurra siempre va a haber alguien más ducho y digno que yo para tratarlo.

La hoja en blanco me muestra mi impotencia. No se me cae una idea, no sé ni cómo escribí tanto hasta ahora (en el blog). Deben de ser todas pavadas.

Bufo frente a la hoja que muestra el abismo entre mi persona y la creatividad. Sorbo un poco de tinto y empiezo a sospechar que debo de haber sufrido una lobotomía o algo así. Es como si no tuviera cerebro. “Estás jodido”, pienso… y francamente lo estoy.

Prometí volver a escribir algo y estoy cargando la hoja en blanco con sinsentidos. ¿Alguno de ustedes intentó escribir un relato? Pónganse frente a una hoja en blanco y propónganselo: van a compartir este sentimiento de inutilidad que ahora me inunda.

“Contá algo, flaco, cualquier cosa: una anécdota de tu infancia, inventá una historia, una reflexión, algo…”. “Cri, cri…”, cantaría el grillo de fondo si tuviese uno (un fondo). Ni siquiera tengo fondo: “éramos tan pobres”.

“Dentro de poco voy a Mendoza por una semana, quizás ahí pueda tomar ideas y anécdotas para escribir”, recapacito. “Lo último que escribí fue un artículo técnico para una revista; eso me dejó sin creatividad, me dejó seco”, sospecho, como quien busca una excusa a su inoperancia.

“Vamos a la cama, es tarde…”, me dice Fer (mi jermu), y ahora ya no sé ni cómo cerrar lo que nunca abrí. Esto se parece al cuento de la buena pipa. Es como una relación que termina sin haber empezado por que nunca nadie la creyó, como un barco que naufraga sin bautismo con botella de champagne. “Si este es el de la buena pipa que se lo fumen como viene y chau”, conjeturo, y parece que no tendré más remedio esta vez.

De vez en cuando, todos nos tenemos que comer algún sapo o fumar alguna… ¡¡FELIZ 2013 A TODOS!!


Sale este especial a pedido de las seguidoras históricas: Paz y Gabriela.

sábado, 27 de octubre de 2012

Atala con alambre



“Y, ¡vos dale!”, “…una mancha más al tigre”, “total, ¿qué puede pasar?”. Esas y otras frases de similar calaña forman parte de una enciclopedia implícita en la vida de los argentinos.

Esto ocurre en todas las esferas de la cotidianeidad sudaca. Desde el técnico que pega con un chicle el picaporte hasta con el funcionario público que implementa una medida que afecta a millones de personas de la noche a la mañana, porque “le pintó”. 

Dios va pasando a tener cada día un rol más y más protagónico en esta sociedad, ya que Él está en todo aquello que el hombre desconoce. “¿Quiénes son los culpables de tal evento?”, “¿Cuándo fue la última vez que se reparó esto?”, “¿Quién se encarga de aquello?” son enigmas tan profundos como la Santísima Trinidad para la Iglesia Católica.

Otro rol importante en este contexto es el del destino, la suerte ordena el cosmos de tal forma que nos permite la inimputabilidad, invulnerabilidad y supervivencia. Este mundo caótico se presenta como una amenaza que, gracias a Dios y con un poco de suerte, zafamos de sufrir.

La lucha entre Dios y la suerte por escalar a la primera posición en el podio argentino de la filosofía de “la atamos con alambre” genera que, ocasionalmente, algún tren choque o algún barrio se inunde. Por suerte Dios es – ¿o debería decir “son”? – lo suficientemente generoso para volver todo a su curso normal. Es decir, el de no clavar ninguna chapa y que cuando venga la tormenta la zafemos rezando.

Está claro el motivo del crecimiento de las prácticas espirituales. Es mejor atarse a lo desconocido que a esto, ya que cuando uno lo conoce un poco, se puede creer cualquier cosa. “Más vale malo conocido…” dijo alguien un día, y así nos fue…

A mi público le dedico algunos párrafos, ya que venían escaseando en el blog. Atando la nota con alambre desde la cama, que si Dios quiere y la suerte lo permite, será leída y contemplada por alguien, ¡mal que le pese!

¡Abrazo!  ¡Vos, fumá!