Es en el fracaso donde se ponen a prueba las grandezas o las flaquezas de los hombres. Es en la cruel afrenta con la triste realidad de la frustración donde podemos percibir la finitud de todo aquello que nos rodea y de nuestras propias existencias. Es en el corto lapso de nuestros éxitos donde podemos percibir lo efímero de nuestros sueños. ¿Es acaso el éxito estéril merecedor de mayores elogios? Aquel éxito es el que promueve la grandilocuencia y el orgullo que imprimen en nosotros una insensibilidad arrogante y devastadora. Es aquel éxito el que nos vacía por dentro, haciéndonos creer los dueños de esos logros ilusorios que se diluirán de algún u otro modo con el paso del tiempo. No es sino el fracaso el que nos otorga la humildad y la sencillez de mirar con otros ojos la realidad que hasta hacía poco negábamos o creíamos inexistente. Es el fracaso el que nos da la verdadera percepción de la fragilidad de todas las cosas que creíamos inalterables e imperturbables.
DON SOS
Quo vadis?
ResponderEliminarSic transit gloria mundi
Yo repudié al feliz, al potentado,. Al honesto, al armónico y al fuerte . . . ¡ Porque pensé que les tocó la suerte,. Como a cualquier tahúr afortunado!
ResponderEliminarAlma Fuerte
Mi muy querido. He leído con suma atención esto que has puesto.
ResponderEliminarCoincido con algunos puntos de esta reflexión. No así con otros.
Es verdad, el fracaso nos muestra la fuerza o la debilidad de nuestro ser.
La finitud es real, todo tiene su principio y su fin, la vida, el amor, la pasión, los éxitos.
Pero no coincido con el planteo de que una vez que no hay más "éxito" esto nos dice de lo efímero de nuestros sueños. Los sueños deben permanecer, es nuestra obligación seguir soñando a pesar de la frustración del final de ese éxito efímero.
Sin sueños no hay vida, sin sueños no hay utopías, no hay futuro.
Los mismos deben ser defendidos a rajatabla, son la esencia misma del ser humano.
Coincido, el éxito estéril no merece el elogio, pero hay algunos éxitos que en su momento sirvieron para abonar el terreno de nuestra autoestima, tan necesaria para la lucha diaria sin caer en la creencia de una invencible arrogancia y en una falta de humildad.
Coincido también en que en el fracaso se demuestra nuestra humildad y sencillez a la hora de mirar en derredor y apreciar lo que verdaderamente "Es",
Es verdad el fracaso nos de la medida justa de nuestras fuerzas, de la finitud de lo que creíamos eterno, pero creo que por sobre todas las cosas, debemos tener presente el poema tan profundo de Almafuerte.
"No te sientas vencido, ni aun vencido
No te sientas esclavo ni aun esclavo
Trémulo de pavor, piénsate bravo
Y arremete feroz, ya malherido...
Reflexiones de una vieja que ha tenido muchos fracasos y muchas finitudes, pero que aún de vez en cuando sueña.
Te quiero y te abrazo.
abu mimita
Mimita! Qué grandioso es todavía poder contar con sus reflexiones de vida! Con usted, la amarga derrota se transforma en un dulce fracaso, o tan solo en un desencuentro con el éxito...
ResponderEliminarBesos Mimita, le mando fuerza!!!
PD: a ver cuando me invita con esos mates!
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