Agárrense fuerte porque el viaje es agitado y no tiene
desperdicios. El viaje es una aventura, un regalo de la vida: ¿O de Dios?
Podés creer lo que quieras, según lo que creas será lo que
sientas y cómo lo vivas.
Los hechos contundentes e inexorables:
1.
Nacemos, quizás producto del amor o, por lo
menos, de un acto materializado de la pasión descontrolada entre dos seres de
la misma especie.
2.
Vivimos y sufrimos: ¿Sufrimos? Sí, el
sufrimiento gana como la tristeza a la felicidad. Puesto que todo hecho triste
perdura en el tiempo, y todo hecho feliz pasa a ser triste cuando pasa y se
recuerda con nostalgia. El desapego al que nos vemos forzados a lo largo de la
vida es sufrimiento. La permanente lucha contra la entropía que presenta la
vida: una lucha que aún perdida se da como lo más valioso y trascendental.
3.
Morimos, de eso sabemos poco pero creemos mucho.
El Reino de Dios, el Valhalla, el Paraíso, el Olimpo, la Iluminación, etc. son algunos de los
destinos en los que se suele decidir creer. Acorde al destino seleccionado cada
ser humano podrá transitar la vida de distintos modos.
Lo humano y lo animal se combinan y consustancian en una
realidad única con múltiples perspectivas. La perspectiva depende de vos.
(Reflexiones surgidas de la película “Una aventura
extraordinaria”.)